"Puede que nadie sea imprescindible pero todos somos necesarios".
Me lo dicen en la recepción de la residencia en la que trabajo, y me quedo un rato pensativa, y luego concuerdo afirmativamente.
Luego hablamos de que cada uno tiene su función, su papel en el mundo, y que todo funciona cuando cada cual cumple con el suyo, seas barrendero, gerente, ministro o vagabundo. El cliente opina que es por esa razón que los sueldos tendrían que estar mejor repartidos, de una forma más justa, precisamente para dar valor a la función primordial, y necesaria, de cada ser humano.
Nuevamente aplaudo su opinión, por lúcida, coherente y sensata. Ojalá los que mueven la batuta pensaran como él.
1 comentario:
No estic en la posició de dir si algú és prescindible, necessari, o no.
El que sí que em ve al cap és preguntar-me, primer, quines són les persones del meu entorn que considero imprescindibles i segon, ¿per a qui resulto jo imprescindible?
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