jueves, 24 de septiembre de 2009

El sueño de la Mercè

El día cuando empieza

Si tuvieras que ponerle una banda sonora a tu vida, ¿cuál sería?

Hoy empiezo el día bien temprano, y para despertar a las lagañas que todavía se regozijan entre mundos surrealistas, enciendo mi mp3 y hago sonar una bossa nova, fusionada con una voz femenina que entona acordes de jazz. El día hasta huele diferente, sabe diferente, y se mueve diferente.

Llego sin prisa a trabajar, porque es festivo y porque la vida es mejor cuando se saborea sin morderla sin deprisa y sin amordazarla.

Mientras camino la ciudad también va quitándose las lagañas, los semáforos siempre tan cambiantes, los coches que van y vienen con gente que muchas veces no sabe adónde va y con otra gente que lo tiene tan claro que se salta hasta los semáforos. Vidas en ámbar y avenidas en verde y la Diagonal en ocre, desde María Cristina y subiendo por Pedralbes, tan señorial que se ha olvidado de ponerse un color.

La noche antes de acabar

Anoche, antes de que la noche se diera por vencida (madrugadas non-gratas cuando toca madrugar, aunque la Mercè nos recuerde un año más que estamos en Barcelona y que puede haber tanta gente tanto de día como de noche), brindamos, una vez más, como años atrás. 'Por eso aun estoy, en el lugar de siempre, en la misma ciudad, y con la misma gente'. A veces, como alguien decía, es preciso que las cosas cambien para que vuelvan a estar igual.

Brindamos por ello, por E, por M, por F, por A, por Pepe (que no PP), por C, y olvidamos la crisis, los sustos, las cicatrices que no acaban nunca de cicatrizar, los quistes, el jefe cabrón que habla de ética sin practicarla, la rutina cuando se hace pesada, lo de no encontrar trabajo 'de lo mío', y todo lo demás que aparece en los diarios, en la televisión, o en casi todas partes, como si quisieran recordarnos que la vida no vale la pena de ser vivida 'porque todo está muy mal'. Pues si está mal, vamos a sacarle las lagañas y los regañadientes, y vamos a poner en entredicho al dicho ese de que 'es preciso que las cosas cambien para que vuelvan al mismo lugar', y vamos a brindar porque cambie lo que no nos gusta para que cambie, sin más.

La madrugada cuando ya ha brindado

Risas con sonrisas que se pintan las unas a las otras, soñando en carmín, en otras décadas, en otras vidas, y brillo de labios que extiende su pinzel fino como si fuera un artista y pintara esas otras vidas mejores, sin jefes cabrones, sin mentiras disfrazadas de futuros prometedores, sin depresiones del ánimo, sin soledades no buscadas o no deseadas.

Como Dalí, y aquella pareja que M y F conocieron en autostop, y que apenas hablaba. 'Es peligroso hacer autostop'. 'También es peligroso llevar a gente que hace autostop'. Pero luego no pasa nada, porque lo normal es que no pasen tantas cosas (malas).


Epíluego

Aquel matrimonio de 50 años al que no conocí tenía una quimera: perseguir el sueño de Dalí. Y es que, ¿puede haber algo más inspirador para la vida que perseguir lo que uno (cree que) sueña, se tenga la edad que se tenga?

by Carmen

Para las que 'siguen' ahí, porque hay cosas que cambian pero no.

1 comentario:

Amanda dijo...

Carmen, me ha encantado el texto, de verdad, no porque aparezca Pepe por ahí, de verdad que me ha encantado. Ya ves qué bien está tu actual trabajo si te inspira estas cosas! Hay que tener un poco de paciencia con las crisis, sólo sirven para hacernos más fuertes, o quizá no nos la debiéramos creer tanto..

No dejes de soñar nunca, labios de carmín, que hay que ser "fidel" a la personalidad de una misma.

Saludos de parte de Pepe.