viernes, 28 de agosto de 2009

Coses que passen?

"Tants segles de cristianisme intentant establir les diferències entre el cel i l'infern, i es demostra que són una mateixa realitat, determinada per les conseqüències de qui la gaudeix o la pateix, depenent, no de la realitat externa del que li ha tocat viure, sinó de la manera com s'hi afronta".

"Era una manera de restablir l'ordre de les coses. Totes les pel·lícules que hem vist, tots els llibres que hem llegit, fan que cerquem la narració en tot allò que ens envolta. Per això existeixen els llibres i les pel·lícules: la teoria és que tot ha de poder ser relatat. Tot ha de tenir un començament, un nus i el desenllaç és absurd perquè tot acaba igual. Els anuncis són històries condensades en trenta segons; les cançons, sentiments en tres minuts. I quan has d'explicar una anècdota, també intentes seleccionar cada un dels seus detalls, si no racionalment, si lògicament, perquè adquireixen un sentit. Però, té sentit allò que ens envolta?".

Extret de 'Coses que passen a Barcelona quan tens 30 anys', de Lluisa Ramis.

La vecina de al lado

Mi vecina María tiene casi 70 años. Yo, casi 25, pero no recuerdo haberla visto, al menos, desde hace veinte, aunque haya sido siempre 'mi vecina'.

Mi vecina María estaba limpiando la ventana de su casa con la fregona (la ventana que da a la acera) cuando de pronto ha salido de su concentración en la actividad específica debido a la sorpresa que le ha provocado verme pasar (desapercibida) por ahí. Se ha puesto contenta y a mí me ha puesto contenta que se pusiera contenta. 'Anda', me dice, 'tú por aquí', 'has estado fuera, ¿no?'. 'En Lisboa', digo yo, 'seis meses'. El resto ha sido un minuto de resumen de lo irresumible, pero no me apetecía explicarle mis quehaceres sinó más bien escuchar algo de los suyos, pero ella ha continuado interesada: '¿Y tus padres? ¿Estarán en la playa, no?'. 'Con mis hermanas y la niña en el apartamento, sí', contesto. 'Ahora hay que irse a la playa que aquí hase mucha caloh', dice. 'Sí, mi casa es un horno', reafirmo.

Silencio medio casi largo pero no incómodo. Antes de volver a su tarea, se asoma en ella una sonrisa curiosa, casi infantil, y una mirada jovial, casi adolescente. 'Pos na', que estás mu' guapa', me dice. 'Tú también', sonrío.

Extiende la mirada jovial casi adolescente a la sonrisa curiosa casi infantil y la sonrisa curiosa casi infantil pasa a reemplazar a la mirada jovial casi adolescente. 'Pero si hace días que no voy a la peluquería', se ruboriza.

Vuelve a mover la fregona mientras se ríe timidamente, y me doy cuenta de que seguramente hace mucho tiempo que nadie la llama 'guapa'. Nos despedimos tímidamente y con una sonrisa infantil-jovial-casi adolescente (¿hasta dentro de 20 años? ¿cómo será mi vida entonces? ¿y la suya? ¿seguirá limpiando la ventana con la fregona?). De repente, mientras giro la llave para abrir la puerta de mi casa, recuerdo el día en que mi madre me explicó, mientras ella cocinaba y yo tomaba mi bol de leche con krispies, que "la María se pone música por las noches y baila y canta, ¿no la oíste ayer?". Se me atragantó el cereal. Al parecer se había quedado viuda.



Sigo con mi bol de leche con cereales, aunque ahora lo acompaña el café. No debe ser fácil ser mujer y quedarse sola, aunque supongo que en el caso de ser hombre, sería todavía más difícil. Si yo fuera tan guapa como ella dice y me quedara viuda, haría lo mismo. Eres feliz y va el hombre y se te muere. Pues a bailar, claro que sí. (Mambo number five, sonaba después de la copla).

by Carmen

lunes, 17 de agosto de 2009

Siroco llamó a Ventana

Viene el viento del Siroco
mientras llega.
Al lado, un ventilador
y unas sábanas blancas,
casi algodón.
La tarde que se pone,
en lo que límita la ventana
discreta, que no se mueve:

Tiene calor.
Está cansada
de madrugar y de irse a dormir
tarde. Hoy,
ha pensado que necesitaba
estar sola
haciendo nada,
mirando nada,
siendo nada-más-que

Ventana
Tarde
Melancolía
Siroco.

by Carmen