"A mí me encanta la gente que se ríe fuerte. Me pone, me erotiza, me da subidón. La risa es proyección de futuro. He tenido durante ocho años una novia estupenda, que se reía a carcajadas. Era mi mayor alegría. Como Fernando Trueba, uno de mis mejores amigos, que cuando se ríe se caen las paredes. Quien se ríe no sufre. Y quien no sufre no está enfermo aunque le hayan diagnosticado lo peor. La enfermedad no es un criterio racional, sino la ausencia de dolor. Ya puede tener un cáncer terminal que si no le duele... Un tipo normal, un triste que está permanentemente jodido, sí que entraña una patología".
Descubierto casualmente en la revista Rolling Stone, nº 109.
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